Oracion a la madre de Dios
Dios escoge a una virgen de la descendencia real de David; y esta virgen, destinada a llevar en su vientre el fruto de una impregnación sagrada, antes de concebir corporalmente a su descendencia, tanto divina como humana, lo concibe en su espíritu. Y para que no se asuste al ignorar los designios divinos, al observar en su cuerpo cambios inesperados, llega a conocer, a través de la conversación con el Ángel, cómo ha de actuar en ella el Espíritu Santo. La que ha de ser Madre de Dios confiesa que en su virginidad ha de permanecer, sin ningún detrimento. ¿Por qué tendría que dudar de esta nueva modalidad de concepción, si se le promete que el Altísimo pondrá en juego su poder? Por otra parte, su fe y su confianza permanecen fuertes, confirmadas cuando el Ángel le da prueba de la maravillosa eficacia de este poder divino, haciéndole saber que Isabel también ha obtenido una fertilidad inesperada: quien es capaz de hacer concebir a una mujer estéril también puede hacerlo con una mujer vi