Oracion a la Gloriosa Santa Ana
Gloriosa Santa Ana, llena de compasión por los que te invocan y de amor; por los que sufren, cargada del peso de sus angustias, me pongo a tus pies y te ruego humildemente que tomes el presente asunto que te recomiendo bajo tu especial protección.
(Aquí pida el favor que desea obtener.)
Apueste por recomendárselo a su hija, la Santísima Virgen María, y póngalo ante el trono de Jesucristo, para que Él pueda llevarlo a un tema feliz. No cesen de interceder por mí hasta que mi petición sea concedida. Sobre todo, obtén para mí la gracia de contemplar un día a mi Dios cara a cara, y contigo, con Santa María y todos los santos, alabando y bendiciendo a Dios Todopoderoso por toda la eternidad. Amén
Reza un Padrenuestro, Ave María, Gloria al Padre
Oh mi poderosa Protectora, no pierda mi alma, sino obténgame para que, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de María, tenga la dicha de verlos, de amarlos y alabarlos contigo por toda la eternidad. Amén
Reza un Padrenuestro, Ave María, Gloria al Padre
PRÁCTICA: Cuando recéis a Santa Ana no dejéis de pedirle el amor de Jesús y de María. Es la oración más beneficiosa que puedes ofrecer y siempre será concedida.
Medita por un momento y reza la oración final, abajo.
(Aquí pida el favor que desea obtener.)
Apueste por recomendárselo a su hija, la Santísima Virgen María, y póngalo ante el trono de Jesucristo, para que Él pueda llevarlo a un tema feliz. No cesen de interceder por mí hasta que mi petición sea concedida. Sobre todo, obtén para mí la gracia de contemplar un día a mi Dios cara a cara, y contigo, con Santa María y todos los santos, alabando y bendiciendo a Dios Todopoderoso por toda la eternidad. Amén
Reza un Padrenuestro, Ave María, Gloria al Padre
SEGUNDO DÍA
Gloriosa Santa Ana, ¿cómo puedes ser otra cosa que desbordante de ternura hacia los pobres pecadores como yo, si tú eres la abuela de Aquel que derramó sangre por ellos, y la madre de Aquella a quien los santos llaman la defensora de los pecadores? A ti, por lo tanto, dirijo mis oraciones con confianza. Confía en encomendarme a Jesús y a María para que, a petición tuya, me concedan la remisión de mis pecados, la perseverancia, el amor de Dios, la caridad para toda la humanidad y la gracia especial[aquí mencione tus intenciones] de la que estoy necesitado en este momento.Oh mi poderosa Protectora, no pierda mi alma, sino obténgame para que, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de María, tenga la dicha de verlos, de amarlos y alabarlos contigo por toda la eternidad. Amén
Reza un Padrenuestro, Ave María, Gloria al Padre
PRÁCTICA: Cuando recéis a Santa Ana no dejéis de pedirle el amor de Jesús y de María. Es la oración más beneficiosa que puedes ofrecer y siempre será concedida.
Medita por un momento y reza la oración final, abajo.
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